La escasez de agua y la contaminación del agua pueden descarrilar su proceso de producción o la cadena de suministro, provocar peleas con otros usuarios del agua o dañar la reputación corporativa.
Los problemas del gran consumo de agua están estrechamente relacionados con la industria textil que se ha convertido en una industria global en los tiempos actuales. Los textiles adornan todos y cada uno de los elementos de su vida diaria, desde ropa y muebles de alta costura hasta los filtros de sus lavadoras y aspiradoras. Sin embargo, los mismos tejidos dejan la máxima huella hídrica en la Madre Tierra y plantean un gran problema al delicado equilibrio ecológico. El poliéster y el algodón, los dos textiles más comercializados en masa, requieren grandes cantidades de agua en su proceso de teñido.
Las tintorerías en el país no solo consumen grandes cantidades de agua para este propósito, sino que también descargan grandes cantidades de efluentes dañinos en los ríos o arroyos locales. El uso de tecnologías amigables con el agua o la implementación de sistemas eficientes de gestión del agua es uno de los mayores desafíos que enfrenta la industria textil. Es esencial que la industria tome medidas importantes para mitigar el daño ambiental que está causando el proceso de teñido que utiliza varios tintes, como fabricantes de tintes ácidos, fabricantes de tintes reactivos, fabricantes de tintes de tina, tintes básicos, etc.
Varios fabricantes han adoptado algunas medidas a este respecto. Una forma es reducir la proporción de colorante a agua, sin embargo, la respuesta a esto radica en la mecanización de los procesos de fabricación de la fábrica. Además, las fibras naturales plantean un gran problema para la adopción de métodos de teñido sin agua. El poliéster se puede colorear en un ambiente sin aire donde los tintes se dispersan por todo el material bajo altas temperaturas presurizadas. Sin embargo, la lana y el algodón sufren daños si pasan a través de este entorno.
A pesar de ello, varias empresas han realizado esfuerzos para reducir en gran medida el consumo de agua en el teñido de fibras naturales. Un esfuerzo realizado en este sentido fue cambiar la estructura molecular del algodón de modo que permitiera la dispersión de los tintes por todo el tejido utilizando cantidades muy inferiores de agua. Se dice que el consumo de energía y agua se ha reducido drásticamente con esta tecnología. Otra técnica utilizada es incrustar tintes textiles dentro de la tela, mientras se usa aire para el proceso de dispersión del tinte.
Otro método más que ha encontrado aceptación en la industria es el uso de dióxido de carbono comprimido y presurizado para dispersar el tinte dentro de la tela. El dióxido de carbono que se mantiene en las cámaras de acero inoxidable adquiere propiedades similares a las de un líquido. Una vez que se completa el proceso de teñido, el dióxido de carbono toma su forma gaseosa y se separa del tinte dentro de las fibras. El tinte dentro de las fibras se condensa y el dióxido de carbono se recicla y se usa nuevamente para el proceso de teñido. Sin embargo, esto simplemente se dice que se hace, ya que la inversión requerida para la tecnología sigue siendo enorme.
Sin embargo, muchas grandes empresas están encontrando agresivamente formas y medios para reducir o eliminar el consumo de agua en su proceso de teñido y el día en que todos los fabricantes utilicen tecnologías sin agua o casi sin agua para teñir no estará muy lejos.